Querida comunidad Nores.
Ha llegado el momento, no de decir adiós, sino hasta siempre. Voy a jubilarme y dejaré el cargo de directora y profesora de este querido establecimiento educativo.
Agradezco a Dios por haber podido trabajar en lo que amo. Y solo tengo palabras de agradecimiento también para mis colegas, padres y alumnos de quienes aprendí tanto. Fue un camino hermoso el transitado en estos años, como alumna y como docente.
Las palabras y cariño demostrado por ustedes a lo largo de toda esta maravillosa etapa las llevo pegadas a mi corazón, iluminan mi alma. Son parte de mi historia, y les agradezco el haberme dejado ser parte de la de cada uno de ustedes. Parafraseando a Helen Keller “Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos”.
Este colegio, pasillos, aulas, reuniones, convivencias, recreos, enojos y risas de los alumnos, actos, clases, todo forma parte de mí, y eso no se puede olvidar, no se deja aparte, por eso no digo adiós, no dejo el colegio, cierro esta etapa. Siempre los llevaré en mi corazón.
